El secreto de nuestro éxito en la obra de Dios se hallará en el trabajo armonioso de nuestro pueblo. Debe haber acción concentrada. Todo miembro del cuerpo de Cristo debe desempeñar su parte en la causa de Dios, de acuerdo con la capacidad que Dios le ha dado. Debemos avanzar juntos para vencer obstrucciones y dificultades, hombro con hombro, y corazón con corazón. (SC. 95). Él nos ha designado como sus embajadores para llevar adelante su obra en el mundo. A cada verdadero y abnegado servidor se le da la comisión:
"Id por todo el, mundo y predicad el evangelio a toda criatura" (Marcos 16: 15). Gracias a cada uno de ustedes por estar presentes.
Atte: Ministerio Jesús es Nuestra Solución
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